Misterio y silencio en el crimen de don Valentín: ¿quiénes y por qué lo mataron?
Sin datos oficiales, El Diario de la República reconstruyó las últimas horas de Sosa, asesinado a golpes en su casa de Juana Koslay. Vecinos y Justicia buscan pistas.
El crimen de Manuel Valentín “Don Valentín” Sosa está rodeado de preguntas. La información oficial es mínima: solo se sabe que el martes 5 de agosto, a la tarde, fue hallado sin vida en su vivienda del barrio 274 Viviendas “Malvinas Argentinas” de Juana Koslay, con tres golpes en la cabeza. El resto, surge de averiguaciones de El Diario de la República en el lugar de los hechos.
Ese día, un amigo que lo llamaba sin respuesta fue hasta su casa y lo encontró tendido junto a la mesa del comedor, en un charco de sangre. La primera versión que circuló entre autoridades fue la de un accidente doméstico. Sin embargo, el fiscal Ricardo Barbeito ordenó la autopsia y el resultado cambió todo: se trataba de un homicidio.
Con esa certeza, la División Homicidios y los peritos de Criminalística comenzaron a reconstruir sus últimas horas. Según contaron vecinos y compañeros de trabajo de la escuela “Juan Martín de Pueyrredón” de El Chorrillo, el lunes a la tarde lo vieron como siempre: en bicicleta, con su tradicional gorrita. Presumen que, antes del anochecer, guardó la bici y salió a cortar leña en los campos junto al cauce del río.
El martes a la mañana no se presentó en la escuela. Allí pensaron que había pedido el día para reclamar su sueldo, ya que inexplicablemente no le habían depositado el de julio después de diez años de trabajo en el Escalafón General.
En el barrio lo describen como “un pan de Dios” y “muy buen vecino”. No tenía hijos ni enemigos conocidos. Desde que su esposa Lili murió a principios de año, su vida giraba en torno a la comunidad. Por eso cuesta entender lo que pasó. “Ni una bulla se escuchó…”, dijo una vecina que todavía no sale del asombro. Otros creen que conocía a su agresor y que “por eso lo masacraron”.
El miércoles, mientras se confirmaba el crimen, la Policía revisaba cada rincón de la casa 6 de la manzana “L”, incluso el techo, y golpeaba las puertas de los vecinos en busca de cámaras o testigos. La hipótesis más repetida es que fue atacado al volver de cortar leña o durante la madrugada del martes.
La investigación sigue, pero el silencio oficial es casi total. En el barrio, la conmoción se mezcla con el miedo y las conjeturas. Las preguntas siguen en el aire: ¿quién mató a “Don Valentín”? ¿Por qué? ¿Y cómo logró irse sin que nadie lo escuchara?


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